LA IDENTIDAD DEL DOCENTE
Tegucigalpa, Honduras, 11 de marzo de 2023
Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán
“Quien se da, se reconoce y se recibe, al mismo tiempo, en lo mejor de sí mismo.” (Toro, 2005)
“Educar con el “Co-razón” es mucho más que un mero juego de palabras. Así, a simple vista, se nos muestra algo obvio: el corazón no está reñido con la razón, sino que la contiene.” (Toro, 2005)
A partir de nuestro interés por el tema de la educación y de nuestra labor como docentes, en el Ágape Educadores, este año comenzamos estudiando el texto L’esame di maturirà (publicado por la asociación internacional The Great Teachers, 2021); también porque de vuelta a la presencialidad ya completa, en nuestros centros educativos y particularmente en nuestra universidad, sentimos la necesidad de ayudarnos en nuestra tarea de enseñar, con la conciencia de que frente a un adulto, joven o a un niño, no basta transmitir los conocimientos que exigen las materias y los programas de estudio o poseer las técnicas, metodologías o estrategias perfectas sino que me enfrento a varias interrogantes.
¿Qué transmito cuando doy mi clase? ¿cómo puedo hacer para mis alumnos se apasionen por la asignatura que imparto? ¿qué sabor tiene lo que transmito? Estas preguntas nos ponen de frente a una crisis porque conllevan “un trabajo sobre sí y sobre la identidad propia de cada quien”. ¿Quién soy yo como educador? Es decir ¿Cuál es mi identidad o qué me identifica frente a mis estudiantes? ¿Cómo les cuento a mis alumnos sobre lo que “me ha mantenido cerca de esta actitud humana”?
Siendo que ejercemos la docencia en la Universidad Pedagógica, que precisamente forma docentes que luego se desempeñarán como profesores en los diferentes niveles del sistema educativo de nuestro país, nos encontramos con estudiantes universitarios adultos que ya son padres o que ya trabajan en escuelas de nivel de primario y medio; y justamente de vuelta a la presencialidad, nos dimos cuenta que después meses de interacción on line con los estudiantes, enfrentan sentimientos de temor, cansancio o derrota ante el tener que enfrentar nuevamente a los estudiantes en el aula de clase. Algunos también enseñarán por primera vez.
Como hemos estudiado que educar es transmitir una humanidad diferente, entonces pensamos que nuestra mayor contribución en éste nuestro lugar de trabajo sería despertar en nuestros jóvenes docentes en formación, la preocupación por hacer salir estas interrogantes que ya llevan dentro de sí, en su deseo de ser auténticos educadores y en la búsqueda del sentido de una nueva humanidad.
De esta forma nos propusimos ir más allá de nuestra aula de clase y organizar este encuentro, en forma de Conversatorio, dirigido a docentes y estudiantes de nuestro centro universitario. De esta, el trabajo por buscar expositor, pedir la autorización, pedir la sala, hacer el afiche e invitar, fue bonito porque nos permitió a nosotras en el ágape, reflexionar sobre el tema y también provocar en el expositor, una reflexión profunda sobre nuestro trabajo en las aulas universitarias.
Cuando visitamos a la Doctora Martha Luz Lanza, con una amplia trayectoria en educación especial y educación inclusiva, para proponerle que fuera la expositora, se sintió en sintonía con nuestra experiencia de estudio y acción educativa dentro del Ágape Educadores y por la iniciativa de no solo querer proponer una conferencia magistral, sino ayudarnos a dialogar sobre esta difícil tarea de educar. De esta forma, como sentimos esta necesidad de trabajar en torno al tema de nuestra identidad como docentes, decidimos llamar el Conversatorio “Dejando huellas. Mi identidad como docente”.
La Profesora Lanza comenzó su lección con preguntas retadoras ¿Quién soy yo? ¿Cómo se construye mi identidad como persona? Decía ella que quizá varios de nosotros, en principio no pensamos en ejercer la docencia como oficio, o tal vez no nos imaginábamos que sería tan difícil o agobiante; pero cualquiera que sea el motivo que nos llevó a ser docentes, ahora lo somos y debemos asumir la tarea como una responsabilidad; de hecho, históricamente, en nuestras comunidades de antaño, el maestro era quien “reparaba y resolvía todo” en la comunidad. Ahora nos corresponde reflexionar sobre nuestro ser docentes y en el decir de la profesora Lanza “La construcción de la identidad profesional, en el caso de los docentes, es un proceso que se desarrolla a lo largo de toda la vida, incluye las vivencias previas al ejercicio profesional, es decir desde las primeras experiencias como alumnos, así como aquellas que surgen de su actividad como maestro” (Sarceda Gorgoso, 2017). Aseveró que cuando el docente reflexiona sobre su ser docente, empieza a cambiar su forma de educar.
Algunos estudiantes que participaron, compartieron sus experiencias y temores al llegar al aula por primera vez y de cómo también pueden recordar con admiración, a maestros dedicados, que dejaron huellas en sus vidas.
Y para que también no todo quedara en la teoría, contamos al público presente de las acciones que hacemos en el ámbito educativo en nuestro propio entorno, sobre todo de esta forma de ir hacia los demás, encaminándonos a un destino bueno sin que lo hayamos algún día previsto: los niños del proyecto educativo libros libres. Mostramos algunas fotografías del trabajo que se hace cada sábado con los niños hijos de los locatarios del Mercado Los Dolores, en el centro de Tegucigalpa, haciendo énfasis en que nosotros, en ese espacio de solidaridad en donde colaboramos estudiantes universitarios y educadores adultos, nos educamos a donar nuestro tiempo, pero sobre todo, encontramos nuestra propia realización como personas. También agradecimos y motivamos a los estudiantes de la carrera de Español, por la hermosa labor que están desarrollando en este trimestre con su proyecto de extensión en beneficio de los niños de libros libres. Proponiendo también a todos una amistad operativa, provocamos a comprometernos con un trabajo que contribuye también a la construcción del bien común.
Melissa y Maida
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